A finales del mes de Enero la parroquia Mangahurco de la Provincia de Loja, se viste de amarillo, con el florecimiento de los Guayacanes, este encanto natural dura muy pocos días, pero el largo viaje hasta la pequeña parroquia, hace que todo cobre un sentido para que los turistas que los visitan, llenen sus espíritus de paz que es la que brinda está naturaleza ubicada al sur del Ecuador.
Al terminar el florecimiento de los Guayacanes, sus hojas caen paulatinamente en forma delicada desplegando un suave aroma, formando en el suelo una alfombra amarilla en la que propios y extraños, disfrutan amenamente, está bella conjugación de colores naturales, hace que el turista quiera guardar el recuerdo de este encantador paisaje que solo se vive una sola vez en el año.
En este año Mangahurco recibió mas de cuatro mil turistas que no solo disfrutaron de la belleza paisajista del lugar sino también para disfrutar de otros encantos como el Balneario del Inca, piscinas de roca, que para disfrutar de sus aguas hay que decender aproximadamente unos cuatro metros de alto.
Este paraíso escondido, donde solo la imaginación es capaz de engrandecer su hermosura natural, recoge la armonía que cada uno de los seres de la tierra necesita para elevar su espíritu, para que exista esa conexión mágica, entre el hombre y la naturaleza.
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